Desafío citológico de junio

En muchas ocasiones nos pasa que disponemos de muy poca información sobre un caso (ya sea por ausencia de historia clínica o de descripción y localización del tipo de lesión, o bien por citologías de escasa celularidad). En esas situaciones su resolución es más compleja y depende casi exclusivamente de nuestra capacidad para interpretar un diagnóstico basado solo en las células observadas en la muestra. Es por eso por lo que, en el desafío de este mes de junio, queremos poner a prueba vuestra capacidad de interpretación citológica.

¿Hasta dónde  somos capaces de llegar basando nuestro diagnóstico solo en estas imágenes?

Os vamos a dar una única pista. La muestra procede de una perra mestiza de 11 años.

¿Podremos sospechar qué tipo de muestra o qué tipo de lesión es?

¿Cree que se trata de una neoplasia?

¿Cuál o cuáles serían los diferenciales en caso de considerar que sí lo es?

¿Si no es neoplásico qué podría ser?

Resolución:

Primeramente muchas gracias a tod@s los que se animaron a participar en este nuevo desafío, cada vez son más!!

Tod@s las respuestas han sido bastante similares y, en general, casi todas correctas en cuanto a identificar el tipo celular y los posibles diferenciales; no obstante nadie llegó al diagnóstico final porque no disponían de la información más importante del caso, el origen de la muestra. 

Se trata de un derrame pleural. Y el diagnóstico citológico fue de derrame neoplásico, linfoma.

Algunas claves para sospechar su procedencia:

– La primera, y más sencilla, para sospechar de linfoma era la presencia de gran cantidad de linfoblastos (algunos con imagen Golgi negativa supranuclear que es frecuente en algunos linfoblastos tipo B). Este es el primer paso.

– Otro dato que ayuda para su procedencia era la morfología, atípica, de los linfoblastos en los líquidos. No solo que son de muy gran tamaño, sino que los núcleos toman morfologías muy atípicas, siendo frecuentes las formas lobuladas, treboliformes, hendidos, etc. Si bien seleccioné imágenes en las que estas alteraciones no eran muy marcadas, en algunas se reconocen formas nucleares lobuladas y hendidas que ayudan a sospechar que puede tratarse de un líquido.

– Otra de las claves importantes es que las células estaban «muy separadas» unas de otras, lo que ayudaba a sospechar de un medio líquido. Podrían pensar correctamente en sangre, aunque en ese caso las proporciones celulares deberían haber estado aún más marcadas (muchos más glóbulos rojos que linfoblastos).

– Finalmente, otra clave fundamental y que costó reconocer, fue la presencia de células mesotealiales reactivas. Estas células al activarse alteran su morfología, se cargan de vacuolas citoplasmáticas y adquieren características de macrófagos. Puse algunas imágenes donde estaban presentes las células mesoteliales porque si se identificaban, el diagnóstico era muy sencillo.

En conclusión, en citología es muy importante reconocer las células para alcanzar un posible diagnóstico, pero si no tenemos información de la localización de la lesión, nunca llegaríamos a establecer un diagnóstico final más preciso.

Hasta el mes de julio! Muchas gracias!

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